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Testimonio de Sonia

Sonia Anglyn (1)

24 de junio de 2017

Soy Sonia tengo 39 años, vivo en Tucumán soy la capilla del barrio 9 de julio, estaca Tucumán, Argentina.

Conocí la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuando tenía 23 años, me bauticé y estuve activa aproximadamente nueve años ,durante este tiempo serví en diferentes llamamientos en su mayoría relacionados con los miembros nuevos. Lo cual fue muy bueno, porque sentí un amor especial por los miembros nuevos, me encantaba ayudarles en su adaptación e integración y enseñarles acerca de Dios.

Siempre sentí dudas de mi sexualidad, era un hombre con una mentalidad femenina esto me causó muchas incertidumbres y confusión, a veces no me sentí digna de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo. Tantas dudas me llevaron a la inactivación y en este tiempo tuve que comenzar un proceso de auto aceptación, el cual fue muy difícil, también comenzó con terapias hormonales para adaptar mi cuerpo y mi mente.

Durante los años que estuve inactiva tuve necesidad de la Iglesia, todas las enseñanzas que se me han impartido desde que me bauticé hasta que me inactivé, permanecían intactas igual que mi testimonio, siempre tuve plena seguridad que todas las cosas de la Iglesia eran verdaderas, amaba mi amada Iglesia mormona. Solo las personas que estuvimos inactivas sabemos el vacío que se siente al estar alejados, es un vacío que no se puede llenar con nada, nos buscamos y no nos encontramos, necesitamos congregarnos con nuestros hermanos santos de los últimos días. Todo lo referente a la Iglesia es indispensable para nuestras vidas, sentimos que algo nos falta, no estamos completos.

Los domingos eran días difíciles porque siempre recordaba los domingos que iba la Iglesia. Durante mi tiempo de inactivación no lo hacía.

Un día tuve el privilegio de conocer una organización que se llama Afirmación. Sé que todo ocurre por algo y no por casualidad, todo tiene una causa, y esta organización se convirtió en un salvavidas, en los momentos oscuros Afirmación fue una luz que me ayudó a comprender que mi sexualidad es compatible con el evangelio de Jesucristo, me ayudó a comprender que soy una hija de Dios y que él me ama con mis defectos y virtudes.

Afirmación también me ayudó a comprender que era hora de a la Iglesia. Pedí una entrevista con el obispo el cual me la dio muy generosamente. Fue un paso difícil porque después de siete años de inactividad era difícil volver. Me había ido siendo un hermano y regresé una siendo una hermana. Pero con la ayuda de la hermana Roxana López de Afirmación, pude sobrellevar ese momento y estoy tratando de volver a ser una hermana activa dentro de la Iglesia.

Mi testimonio está intacto, como siempre, sé que Dios existe, sé que el Padre me ama, sé que Jesucristo vive, sé que José Smith fue un profeta de Dios, que restauró Iglesia en esta dispensación, sé que el Espíritu Santo me acompaña siempre , es mi guía constante. Creo en el profeta Thomas Monson y en todos los líderes de la Iglesia, sé que la doctrina de la Iglesia es perfecta y no es mi intención, ni la de Afirmación, cambiarla. Respetamos todo lo referente a la Iglesia y las escrituras, sé que soy una hija de Dios y Él me ama. Y agradezco profundamente a Afirmación por el trabajo que hace con los mormones LGBT.

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